- 200 g de clara de huevo, 300 g de azúcar blanquilla, unas gotas de limón, un termómetro de cocina, un cazo y un bol para hacer un baño maría, una batidora o unas varillas
Para preparar un merengue suizo perfecto solo hace falta seguir unos sencillos pasos, que aunque debemos de cumplirlos, sobre todo lo relacionado con las temperaturas, son fáciles de cumplir.
Comenzaremos preparando un cazo con un poco de agua que pondremos al fuego a hervir. Encima colocaremos un bol que se ajuste al contorno de la olla, con las claras y el azúcar. Removemos con una espátula o varilla y vamos calentando al baño maría controlando la temperatura con un termómetro de cocina, hasta que veamos que el azúcar se disuelve, removiendo sin parar y sin que sobrepase de los 60 grados centígrados, ya que temperaturas superiores harían que se coagulara la clara.
Una vez disuelta el azúcar en las claras pasaríamos la preparación al bol de una batidora con varillas,también se podría hacer a mano aunque el tiempo de preparación sería mayor, y dejamos que se enfríe un poco. Le añadimos unas gotas de zumo de limón y comenzamos a batir a velocidad media hasta que las claras empiecen a montar, subiendo entonces la velocidad de la batidora y batiendo hasta que el merengue se enfríe por completo y esté firme y brillante.
Una prueba de que el merengue está totalmente batido es que forme un pico en la punta de la varilla o que al dar la vuelta al bol donde lo estemos batiendo este no se caiga. Pues bien, ya tenemos nuestro merengue suizo dispuesto para ser utilizado. A pesar de que es un merengue más estable que el francés conviene emplearlo sin demora y consumirlo principalmente en el día de su elaboración para que no pierda agua durante su conservación.
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